Piercing

En apariencia, Reed lleva una vida típica de yuppie, viviendo en un elegante apartamento con su esposa Mona y su hija recién nacida, que le permite su carrera profesional de cuello blanco. Pero Reed no solo tiene la necesidad de matar, sino de hacerlo de una manera específica, con un picahielos. En lugar de su objetivo inicial, elige como víctima a una prostituta de habla inglesa. Con el pretexto de una conferencia fuera de la ciudad, se va de casa y, en su lugar, se aloja en un hotel de lujo, realiza los trámites del asesinato para asegurarse de que esa parte del mismo salga sin problemas y contrata a su prostituta objetivo a través de un servicio, la víctima prevista llamada Jackie. Lo que Reed no anticipa es que Jackie tiene sus propios planes para el tiempo que pasan juntos, que a veces él cree que se basa en el conocimiento y la aceptación de su destino en manos de él. En cualquier caso, lo que sigue es un juego psicológico del gato y el ratón entre los dos, en el que nunca queda claro quién es el ratón y quién es el gato.