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El cineasta francés Luc Besson presenta una revisión romántica de Drácula

Lectura de 7 min.

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A Sitges le han salido colmillos en esta séptima jornada de Festival. El cineasta Luc Besson, referente galo del cine contemporáneo, ha presentado Drácula, nueva revisión romántica del mito de Bram Stoker con la actriz Zoë Bleu. Por su parte, el director de pasado periodístico Mark Anthony Green ha llegado con un debut bajo el brazo. La explosiva Opus no sólo es su primera película como director y guionista, también supone el regreso de leyendas de los ochenta y noventa como John Malkovich y Juliette Lewis.

 

Los peligros del universo fan

Atentas y atentos a este nombre: Mark Anthony Green. Se trata de una de las nuevas voces del sello A24, que además de distribuir también produce Opus, su primer largometraje de ficción como director y guionista después de trazar una carrera como columnista y editor en la revista GQ. Dicho de otra forma, Green ha dado el salto de la moda al cine y lo ha hecho de la mejor forma posible. Su ópera prima nace a través de la productora que todos y todas envidian en Hollywood, responsable de películas de estética cuidada al detalle como Hereditary y La bruja, además de proezas que han logrado su victoria en los Oscar como la apabullante Todo a la vez en todas partes o la elegante ciencia ficción de Ex Machina.

Opus cuenta con un reparto integrado por Ayo Edebiri, Amber Midthunder y Murray Bartlett junto a iconos del cine estadounidense como ese gran animal escénico llamado John Malkovich, rostro inimitable del teatro y el cine recordado por clásicos como La sombra del vampiro, En la línea de fuego o Cómo ser John Malkovich; y Juliette Lewis, mito de los años ochenta y noventa en hits de la talla de El cabo del miedo o Asesinos natos.

Mark Anthony Green, presencia invitada de Sitges 2025, ha creado un escalofriante viaje que gira alrededor de la devoción extrema del universo fan ante las celebridades, también conocida como stan culture. En este contexto, Edebiri nos ha brindado una soberbia interpretación como periodista que accede a una comunidad inquietante. La actriz estadounidense, conocida en el mundo de las series, transita con naturalidad del registro cómico al terror, refrescando el arquetipo de la final girl en una historia de risas y gritos a medio camino entre el diseño artístico de Blink Twice y la incomodidad estival de Midsommar. En cuanto a las leyendas del reparto, ha sido un privilegio reencontrarnos a Lewis en la piel de una hilarante veterana de los medios y Malkovich como perfecto adversario desquiciado que encarna a un icono pop retirado en esta historia de final explosivo.

 

De Montevideo a Sitges

Desde Uruguay regresa una figura del cine de terror latinoamericano que, fácilmente, podría pensar en este Festival como su segunda casa. El director y guionista de Montevideo, Gustavo Hernández, que debutó en Sitges en 2010 con La casa muda, ha presentado por la tarde en el Auditorio del Meliá junto con la actriz Ana Clara Guanco su nuevo cuento de terror. El susurro cuenta con la participación de Luciano Cáceres y Marcelo Michinaux –¿cómo olvidarnos del miedo que sentimos con este niño en la histérica Cuando acecha la maldad en 2023?– y ha sido la ración de cine gótico que estábamos esperando en el programa de la Sección Oficial mediante una trama de red criminal y maldición familiar.

Con El susurro, Hernández rubrica su sexto largometraje de ficción en una filmografía que empezó con energía. Su ópera prima, filmada como un tour de force sin interrupciones en un plano de pura continuidad, generó un digno remake estadounidense –Silent House– protagonizado por Elizabeth Olsen. El director también ha trabajado con Belén Rueda en el terror gótico de No dormirás, premiada en el Festival de Málaga, y con Adriana Ugarte y Javier Gutiérrez en el thriller policíaco con asesino en serie Lobo feroz.

 

La otra cara del hombre del saco

Cuando supimos que Colin Tilley había debutado en el cine de terror como director, una pregunta empezó a circular por nuestra mente. ¿Cómo se las apañará el responsable de videoclips de Karol G, Justin Bieber y Britney Spears para atraparnos con una historia efectiva? A la luz del resultado, Tilley no sólo lo ha conseguido, sino que lo hemos podido presenciar en Sitges, un Festival que siempre apuesta por impulsar el talento emergente.

Eye for an Eye es la ópera prima de un director que deja a un lado los códigos comerciales del audiovisual musicado para construir un cuento de tensión adolescente protagonizado por Whitney Peak junto a S. Epatha Merkerson, Golda Rosheuvel y Finn Bennett, sobre el duelo que atraviesa Anna, una joven recién llegada a un pequeño pueblo de Florida para vivir con su abuela. Allí, aislada y en un entorno desconocido, se une a un grupo de jóvenes conflictivos y será testigo de un acto imperdonable.

Tilley aprovecha el imaginario fantástico del boogeyman –representado de forma notable por James Wan en Expediente Warren: El caso Enfield– para abordar el peso de la culpa en torno al acoso en edad escolar adaptando la novela Mr. Sandman de la escritora Elisa Victoria, también coguionista del film.

Asimismo, una de las atracciones de Eye for an Eye, según han confirmado algunos espectadores al salir del Auditorio, son “el uso inteligente del color y el sonido” a través de unos “paisajes oníricos desconcertantes.” Estas reacciones confirman a Tilley como promesa de futuro en el cine de terror.

 

Drácula, una historia de amor

Ya es habitual que el público más escéptico vea con recelo la enésima llegada de un superhéroe encarnado por un nuevo actor en una época como la nuestra, marcada por el revisionismo constante. Más allá de este punto de vista, nunca ha sido así en el caso de Drácula, mito sangriento por excelencia que no necesita pedir permiso para entrar en los dominios de Sitges.

Del clásico fúnebre de Tod Browning, protagonizado por un canónico Béla Lugosi, a la refrescante actualización del mito en formato serie creada por Mark Gattis y Stephen Moffat con un soberbio Claes Bang; el conde acuñado por Bram Stoker en 1897 ha pasado por infinitas mutaciones. Sólo en lo cinematográfico, la pátina erótica del Christopher Lee de la Hammer ha marcado un punto y aparte al igual que las versiones románticas de John Batham o Francis Ford Coppola, por no hablar del expresionismo apócrifo de F. W. Murnau y las revisiones de Nosferatu firmadas por Werner Herzog y Robert Eggers.

Sobran los motivos para hablar de Drácula. Fue cabeza de cartel en 2017, cuando celebramos 50 años, y lo mínimo que podemos ofrecer este año es otra reescritura del famoso arquetipo. De hecho, ¡son tres las propuestas que nos visitan para dejarnos anémicos! La coproducción británica Abraham’s Boys: A Dracula Story, centrada en el trauma de Van Helsing, la anarquía paródica de Radu Jude y, por fin, el Drácula de Luc Besson.

Consagrado como uno de los directores franceses más influyentes del gran cine de consumo, ganador en Sitges en 1983 por la distópica Kamikaze 1999; Besson ha firmado una versión del clásico de Bram Stoker que reemplaza Londres por París y prescinde de la carga erótica de anteriores entregas. Caleb Landry Jones encarna el monstruo que transita de lo inexpresivo a lo pasional, junto con Zoë Bleu desdoblándose entre los personajes de Mina y Elisabeta, o Christoph Waltz en la piel de un sacerdote que toma distancia respecto a Van Helsing.

En una rueda de prensa y encounter colmada de asistentes, celebrada esta tarde, Besson y Bleu han remarcado la pulsión romántica que habita en Drácula, “una historia sobre el amor y la vida”, según ha declarado el director de El quinto elemento. Para él, lo más interesante de la mitología del personaje es la desesperación de un hombre durante 400 años. Partiendo de aquí, Besson ha escrito un relato sobre la posibilidad del cambio cuando se da todo por perdido. Por su parte, Bleu ha recordado a la icónica Winona Ryder en el clásico de Coppola, enfatizando que “necesitamos amor” en esta época porque “ya hay demasiada sangre vertida.”

 

De la acción finlandesa a la mística oriental

Destacada en la última edición del Festival de Annecy, la película de animación Another World apuesta por una narrativa sorprendente en torno a un reino fantástico por el que transitan las almas después de la muerte con el riesgo de convertirse en monstruos. Dirige el prometedor Tommy Kai Chung Ng en una producción made in Hong Kong.

Por otra parte, ha sido el turno de la producción noruega Dawning de Patrik Syversen, que lleva el sello de SpectreVision, la productora de Elijah Wood que está detrás de verdaderas piezas de neoculto como Mandy o Una chica vuelve a casa sola de noche. Nominada a Mejor Película en Noves Visions, Dawning nos ha sumergido en un relato de traumas compartidos donde tres hermanas llegan a una casa vacacional con oscuro secreto detrás de las paredes.

Y al fin, pero no menos importante, la esperadísima secuela de la insólita triunfadora de Sitges en 2022, Sisu: Camino a la venganza supone el bienvenido regreso del director y el actor finlandeses Jalmari Helander y Jorma Tommila al terreno de la acción hiperbólica en la mejor tradición del slapstick sangriento. Sin duda, esta nueva entrega, más desenfrenada que la anterior, ha sido la ocasión perfecta para celebrar el cine de impactos como disfrute colectivo.

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