La gran novedad de la edición fue de índole estética: en las sesiones nocturnas, los hombres debían llevar corbata obligatoriamente. La inauguración corrió a cargo de Barbarella, que llegó con años de retraso debido a la censura. El Festival recuperó su primera sede, el Casino Prado, que se sumaba al Retiro como sala de proyección. La primera rueda de prensa en la historia del Festival fue con Paul Naschy. La segunda, con Jorge Grau.
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