Horror Girls: primer día

2nd Meeting of European Female Filmmakers Specializing in the Fantastic Genre

Mònica Garcia i Massagué, Directora General de la Fundació Sitges Festival Internacional de Cinema de Catalunya, presentó ayer el inicio de las jornadas, cuyo objetivo es acercarse a la industria, con un dato importante: “El cine dirigido por mujeres tan solo cuenta con un tercio de presupuesto del dedicado al dirigido por hombres.”

La mesa redonda “Distribuidoras que no tienen miedo: poniendo el talento femenino en el mercado” fue la encargada de dar el pistoletazo de salida. Moderada por Roxana Ramos, fundadora de la productora Aramos Cine, contó con la presencia de Antonia Nava, Manon Barato y Priscilla Ross Smith, tres productoras ejecutivas que aportaron su punto de vista sobre la situación actual en la producción y la distribución del cine dirigido por mujeres. Las tres coincidían que en España, en comparación con el resto de Europa, la situación no presenta tantas desventajas, puesto que si eres mujer obtienes más puntuación a la hora de pedir financiación; mientras que en los EE. UU. lo esencial para recibir apoyo económico es si la directora ya es mínimamente conocida. Resaltaban la importancia de tener diversidad de voces, géneros, edades y orígenes al frente de los proyectos, mientras que también reivindicaban la necesidad de espacios para que las mujeres puedan demostrar de lo que son capaces y explicar, así, sus historias. En cuanto al eterno debate entre plataformas y salas de cine, que fue surgiendo a lo largo de la jornada, las invitadas apuntaban que, a pesar de que actualmente las plataformas funcionan muy bien, también se han dado asociaciones entre distribuidoras para ganar fuerza. Por otro lado, como todas y todos sabemos, en los últimos años han cerrado muchas salas de cine, y esto es un claro síntoma del momento de cambio en el que vivimos.

La segunda mesa redonda, “Masacre femenina: producir con una directora mujer, ¿por qué no?”, estuvo moderada por la productora independiente y programadora del Festival Annick Mahnert, y tuvo como invitados los productores Enrique López Lavigne, de Apache Films, y Núria Valls de Nostromo Pictures. Se abordó el tema de las dificultades históricas a las que se ha enfrentado la mujer cineasta, quien hoy en día encuentra más facilidad en este sentido. Los ponentes comentaban que la transición ha sido gradual: durante los últimos diez años, el panorama del fantástico se ha ido rellenando de miradas femeninas, también gracias a los festivales y al apoyo consciente de las instituciones. Según ambos productores, el cine de terror está empezando a conquistar otros espacios, como por ejemplo el de las programaciones de los festivales de clase A. Esto pasa porque, según Valls, “el género puede ser el motor para explicar todo tipo de historias”. Lavigne añadía que “el terror sirve para explicar a través de la alegoría lo que está pasando en la actualidad”. El cine de género hecho por mujeres, apuntaban, es mucho más visual, sutil y está lleno de matices, mientras que el hombre quiere charlar todo el rato, comentaba Lavigne, quien aseguró que los directores se han acercado a The Substance (Coralie Fargeat), una de las películas del año, con cierta cura de humildad. Como productores tienen diferentes formas de acercarse a los proyectos. Mientras Valls le da mucho peso al guion y prefiere visualizar la estética de la idea antes de decidirse, Lavigne tiene que conocer a la persona y ver cuál es su potencial.

La tercera mesa redonda, “De final girl a asesina”, donde participaron la actriz Lauren LaVera y el cineasta Iván Fund, estuvo moderada por la crítica de cine Desirée de Fez. Los tres conversaron sobre la evolución de la final girl, tomando como primera referencia el slasher de los ochenta. LaVera comentaba que se ha sentido siempre muy inspirada por este arquetipo y que, además, es un tipo de personaje que ofrece la oportunidad de lucirte mucho como intérprete.
Apuntaban que en la actualidad, la final girl ya no es la virgen feminizada de antes, sino que ahora puede ser incluso fea, imperfecta y sufrir algún tipo de trastorno mental y también visibilizarlo. De hecho, segundos ellos, el trauma ayuda a la protagonista a sobrevivir, a confrontar al asesino. Para la preparación del papel de Sienna Shaw (Terrifier 3), LaVera explicaba que revisó muchos de los clásicos, pero que los dos referentes más potentes fueron la teniente Ripley de la saga Alien y Mia, la protagonista del remake de Posesión infernal (Fede Álvarez, 2013).

Por la tarde pudimos disfrutar de tres conversaciones moderadas por Rubén Gutiérrez, director general de la SGAE.

En la primera, la directora italiana Grazia Tricarico, que presenta su film Body Odyssey en esta edición del Festival, y Paco Plaza, un habitual de Sitges, hablaban de sus experiencias como autores. Tricarico apuntaba que durante los últimos quince años ha habido un fuerte cambio en la percepción del “cine de mujeres”, y que desea que en un tiempo esta etiqueta se haya dejado de utilizar. Insistía en que no solo hacen falta directoras, sino que hay muchos espacios todavía por conquistar, como por ejemplo el mundo de la dirección de fotografía. Plaza se alegraba de que actualmente las aulas de cine no solo las ocupen los hombres, como cuando él estudiaba. Según los dos, está claro que todavía hay una carencia de referentes flagrante, sobre todo en el terror.
En cuanto a las plataformas, Plaza confesaba que él ha tenido muy buena experiencia, y que a pesar de que la vivencia en la sala es insustituible, las plataformas dan trabajo y estabilidad a mucha gente. La cineasta italiana apuntaba que la nueva audiencia que está construyendo su gusto por el cine a través de las plataformas determinará el cambio de paradigma.

A continuación conversaron con Gutiérrez la cineasta ucraniana Marysia Nikitiuk y el director vasco Paul Urkijo, que abordaron el tema de la creación artística desde territorios en conflicto. Nikitiuk, quien está preparando un nuevo film relacionado con los campos de minas, apuntaba que el cine de género se basa en la realidad, que bebe de la naturaleza humana. De hecho, comparaba el cine de zombis con la guerra, que manifestó en todo momento tenerla muy presente. Por otro lado, Urkijo confesaba que su gusto por el mundo mitológico le viene desde muy pequeño, y que usa el pasado como escenario para habla de la actualidad. Se aprovechó la presencia de Nikitiuk para preguntarle sobre la industria en Ucrania, a lo que contestó que ahora mismo todo está en pausa, pero que cuando ella empezó no había ningún tipo de ayudas por los creadores y creadoras, que se podía hacer cine, pero sin esperar nada a cambio. Ambos cineastas apuntaban la necesidad de hablar desde un punto de vista propio sobre lo que uno conoce, porque si no siempre habrá alguien que lo acabe haciendo por ti.

La primera jornada Horror Girls finalizó con la conversación entre los directores de El baño del diablo (The Devil’s Bath), Veronika Franz y Severin Fiala, y la directora y guionista Danielle Krudy, que hablaron sobre cómo es crear compartiendo el proceso con otra persona. Krudy apuntaba que trabajar en equipo te permite aprender a hacerlo de manera colaborativa desde el inicio, y de este modo, se da voz a mucha gente sin tener un “genio” dominante durante todo el proceso. Fiala añadía que en las escuelas el sistema suele ser muy piramidal, y que muchas veces  la gente no entiende cómo es trabajar en pareja, porque siempre esperan que alguien de los dos sea el líder. Franz comentaba que la ventaja de trabajar en pareja es que cada cual tiene sus puntos fuertes, y que esto siempre enriquece los proyectos. Krudy decía estar convencida de que se está introduciendo en el mercado una nueva manera de hacer, un nuevo modelo de alianza que rompe un poco con la competición entre mujeres, lo que es muy positivo para la industria. En el caso de Franz, que ha trabajado con Ulrich Seidl (su pareja) en muchos de sus proyectos, nunca se la ha tenido en cuenta. A ella le gusta mucho trabajar, afirmaba, pero también está cansada de estar siempre a la sombra del autor.