- Inicio
- Actualidad
- Logbook
- Entrevista a Belén Rueda

Woman In Fan
Entrevista a Belén Rueda
17 Jun 2021
Lectura de 4 min.
Por María Adell
Tras ganar el Goya a la actriz revelación por Mar adentro, y cuando todo el mundo esperaba que construyera una carrera a partir de roles dramáticos, decidió apostar por el terror con El orfanato, la primera de una larga lista de películas que certifican el idilio de la estrella con el cine de género. Un romance que ha culminado con la entrega del Gran Premio Honorífico de Sitges.
En primer lugar, enhorabuena por el Gran Premio Honorífico que el Festival te otorga este año.
Me hace muchísima ilusión. Desde que, en 2007, vine por primera vez con El orfanato, estuve repitiendo varios años seguidos. Me acuerdo de hablar con Ángel Sala y que él me dijera: "¡Vamos a tener que poner tu cara en el cartel del Festival!". Me encanta Sitges porque noto que hay detrás gente que ama el cine y porque mantiene vivo el entusiasmo.
"Es importante no olvidarse de cuando uno empieza y de que es muy complicado que te den una oportunidad cuando no tienes experiencia previa"
Tu inicio en el cine, cuando protagonizas Mar adentro, de Alejandro Amenábar, llega cuando eras una estrella televisiva extremadamente popular, ¿cómo fue ese trasvase entre medios?
En aquel entonces, esa era una barrera que yo y otras mujeres de mi generación vivíamos y que, afortunadamente, ya se ha roto. Formo parte de una generación de actrices que ha ayudado a romper esas categorías. Ahora, cuando aparece un proyecto, nadie te dice eso que te decían antes: "no puedes hacerlo porque eres una actriz de televisión, o de teatro".
Después de Mar adentro, tomas una decisión arriesgada, que es protagonizar una película de género, El orfanato, dirigida por un novel J. A. Bayona. Es una constante en tu carrera: Los ojos de Julia era la segunda película de Guillem Morales, El cuerpo, la primera de Oriol Paulo, El Pacto, la ópera prima de David Victori... ¿Qué te atrae de trabajar con directores que empiezan?
Creo que es importante no olvidarse de cuando uno empieza y de que es muy complicado que te den una oportunidad cuando no tienes experiencia previa. Los comienzos son siempre difíciles, pero es cierto que están llenos de entusiasmo. Cuando me reuní por primera vez con J. A. Bayona y con el guionista Sergio G. Sánchez, y me comentaron que llevaban siete años luchando para que el proyecto saliera a la luz, recuerdo que pensé: "pero esto, ¿cómo puede ser?". Aparte de ese entusiasmo, también me convenció el guión, que era una auténtica maravilla. De todos modos, con ciertos directores noveles, la falta de experiencia no se nota en absoluto. Bayona o Paulo son, realmente, directores con mucho talento y extremadamente obsesivos con su trabajo. Están pendientes del más mínimo detalle, y les interesa mucho la interpretación, les gusta mucho ensayar. Con ellos noté que tenía una conexión total; cuando hacíamos una toma, la mirábamos conjuntamente en el combo y si había algo que no funcionaba en seguida lo sabían, porque habíamos hecho todo un trabajo previo.
Por tu extensa experiencia en el cine de terror o el thriller, algunos medios te han denominado la indiscutible scream queen del cine español. ¿Te sientes cómoda con esta definición?
Me encanta. Igual que, en su momento, si trabajabas en televisión parecia que no podías hacer cine, el género ha estado, durante años, denigrado. Parecía que los films de terror o suspense no podían entrar en la categoría de películas importantes para nuestra vida. Yo creo, al contrario, que el género es importante. En él se hace un especial hincapié en las sensaciones, en las emociones fuertes y extremas, pero esto no quiere decir que sean menos reales. Son sensaciones como el miedo, o la angustia, absolutamente reales. La forma del agua, por ejemplo, es de una sensibilidad increíble y provoca muchísima emoción, pero también narra una historia que no ocurre todos los días. Haciendo Los ojos de Julia, recuerdo que, de hecho, Del Toro me dijo: "¿qué es la realidad, lo que vemos y tocamos o lo que tenemos en nuestra cabeza?". Para él, lo que pensamos, lo que imaginamos, puede ser tan real como lo que olemos o sentimos.
"Formo parte de una generación de actrices que ha ayudado a romper categorías como la que separa el cine de la televisión"
Has hablado de La forma del agua, ¿te consideras una fan del género?
Tengo que confesar que con las películas de miedo paso mucho miedo. Cuando estábamos rodando en Barcelona El orfanato, pensé que tenía que ver una que nunca había podido acabar de ver, El resplandor, de Stanley Kubrick. No la había podido terminar porque me provocaba mucha angustia, asi que me acuerdo que la acabé viendo a las 12 del mediodía, de día, y con las ventanas abiertas. Aunque, cuando apareció el personaje de la mujer anciana, ipensé que no iba a poder seguir!
¿Te gustaría dirigir algún día?
Yo soy muy respetuosa con el trabajo de cada uno, y respeto mucho el trabajo de los directores porque están pendientes de mil cosas, de un montón de detalles, no solo de los actores. Para mí sería un sueño, pero me imagino tal vez más en tareas de producción ejecutiva porque cuando eres actriz te vas fijando en las cosas que te rodean de un modo distinto; piensas: "esta historia me gustaría contarla", o, al leer un libro, imaginas cómo sería la adaptación al cine. Todo llegará.
Estrenas en Sitges el cortometraje La inquilina, pero también tienes otros proyectos.
Lucas y Ángel, los directores de La inquilina, son muy detallistas. Me ha ayudado mucho haber trabajado antes con otros cineastas que habían hecho publicidad para entender ciertas cosas cuando estábamos haciendo el corto, sobre todo cuando le dedicábamos tanta atención a un detalle, a filmar la luz de una vela y cosas similares. Ahora, además, acabo de estrenar la tercera temporada de la serie Madres, en Amazon Prime Video, y el 3 de diciembre estreno La familía perfecta, de Arantxa Echevarría, una directora que me ha parecido, como mujer y como persona, absolutamente brutal.
Contenido anterior
Entrevista a Najwa NimriContenido siguiente
Ana Lily Amirpour