
La sangre: cuán importante es este líquido vital. Repasamos nueve de las películas más sangrientas.
12 Jun 2025
Lectura de 5 min.
Este sábado celebramos el Día Internacional del Donante de Sangre, una jornada que nos recuerda la importancia de este acto solidario que puede salvar muchas vidas. Desde el Festival de Sitges reafirmamos nuestro compromiso social colaborando activamente con el Banco de Sangre y Tejidos para fomentar y facilitar las donaciones durante el Festival. Sabemos lo importante que es este líquido vital, que también es un elemento central en muchas de las películas de género que tanto amamos.
Además, un año más, nos comprometemos con Cruz Roja, entidad clave en la atención a personas en situación de vulnerabilidad, para apoyar algunas de sus causas más necesarias en favor de estas personas. En este sentido, organizaremos la ya tradicional “Premiere” el viernes 10 de octubre, que culminará con una fiesta dedicada a una de las criaturas fantásticas que más dependen de la sangre para sobrevivir: un baile de vampiros.
Aprovechando este día de concienciación, os hemos preparado una selección de 10 títulos que han pasado por nuestro festival y que son todo un festival (nunca mejor dicho) de gore, vísceras y brutalidad estética. Poneos el delantal, porque el cine que os recomendamos hoy os dejará bien salpicados de sangre.
1. The Sadness (Rob Jabbaz, 2021)
Una de las masacres más estilizadas y viscerales que han visto los aficionados del Festival de Sitges en la última década la trajo Rob Jabbaz desde Taiwán. The Sadness se convirtió en una sensación gracias a su salvaje despliegue de gore: vísceras, chorros de sangre como géiseres y una humanidad completamente desatada por un virus que convierte a las personas en sádicos sedientos de sangre. Un festín para los amantes del cine extremo y una manera nada sutil de recordarnos la importancia de la sangre dentro y fuera de la pantalla.
2. Terrifier 3 (Damien Leone, 2024)
Art the Clown ha vuelto… y más sediento de sangre que nunca. Si en las entregas anteriores ya nos dejaba boquiabiertos por su brutalidad, Terrifier 3 eleva el nivel hasta cotas demenciales. Damien Leone no escatima ni una gota de hemoglobina, ofreciendo un espectáculo que parece rodado en un banco de sangre tras una explosión. Una cita imprescindible para quien considera el splatter una forma de arte y un curioso homenaje al líquido que da (y quita) la vida.
3. Braindead, tu madre se ha comido a mi perro (Peter Jackson, 1992)
Antes de llevarnos a la Tierra Media, Peter Jackson firmó una de las comedias más locas y sangrientas de la historia del cine: Braindead. Esta joya del gore desatado es un carnaval de vísceras, zombis y fluidos corporales que estalla en un clímax antológico e inolvidable. Sangre por todas partes, de la que se pega a la ropa y a la retina. Si el Día del Donante celebra la importancia de la sangre, esta película la venera desde el terror y la comedia.
4. À l’intérieur (Julien Maury & Alexandre Bustillo, 2007)
El terror francés dejó atrás los sutiles suspenses con À l’intérieur, sumergiéndose de lleno en una carnicería emocional y física. Esta película es una pesadilla doméstica asfixiante, donde una mujer embarazada se ve atrapada en una casa convertida en escenario de tortura. Sangre, tijeras y una tensión insoportable que golpea el estómago sin piedad. Una oda macabra a la fragilidad de la vida y a la sangre como moneda de cambio… perfecta para conmemorar el Día del Donante con el estómago preparado.
5. Martyrs (Pascal Laugier, 2008)
Pocas películas han dejado tan marcados a los espectadores de Sitges como Martyrs. Su exploración filosófica del dolor y el sacrificio viene acompañada de una violencia casi insoportable, donde cada gota de sangre parece tener un propósito trascendental. Laugier no solo rompe los límites del terror psicológico, sino también los del físico. Ideal para quien busca un cine que duela y quede grabado en la retina para siempre.
6. Mandy (Panos Cosmatos, 2018)
Una orgía sensorial donde la sangre se mezcla con neón y psicodelia, que se pudo disfrutar en un Auditorio lleno hasta la bandera. Mandy es un descenso al infierno vengativo protagonizado por un Nicolas Cage desatado, en busca de justicia y redención a golpes de motosierra. Cosmatos convierte cada muerte en un ritual estético que rinde homenaje a un líquido rojo que lo invade todo. Cine para perder el control... y tal vez un poco de sangre también.
7. Tokyo Gore Police (Yoshihiro Nishimura, 2008)
¿Te imaginas un mundo donde la cirugía mutante, el sadomasoquismo cyberpunk y fuentes infinitas de sangre son la norma? Bienvenidos al universo de Nishimura, donde ningún exceso es suficiente. Tokyo Gore Police no solo rompe las reglas del buen gusto, sino que las baña en hemoglobina hasta volverlas irreconocibles. Aquí, donar sangre sería como lanzar una gota al océano: irrelevante ante la brutalidad sin filtros de este delirio japonés.
8. Ichi the Killer (Takashi Miike, 2001)
Si hay un director capaz de convertir la violencia extrema en arte, ese es Takashi Miike, uno de los cineastas más queridos por cualquier aficionado al Festival de Sitges. Con Ichi the Killer, llevó el sadismo a nuevas cotas estéticas. Mutilaciones, torturas y chorros de sangre estilizados como si fueran coreografías de un ballet criminal. Una obra tan polémica como influyente que hace que el Día del Donante parezca una fiesta para psicópatas con mucho estilo.
9. Project Wolf Hunting (Kim Hong-sun, 2022)
Una carnicería flotante que combina el cine de acción con el terror más visceral. Project Wolf Hunting es el sueño húmedo de cualquier fan del gore: cuerpos que estallan, cabezas que ruedan y pasillos convertidos en ríos de sangre. Es como si el barco fuera un banco de sangre a punto de desbordarse, todo al ritmo frenético del mejor cine de acción asiático.
10. American Psycho (Mary Harron, 2000)
Patrick Bateman no necesita monstruos, virus ni demonios para convertir cada escena en una elegante matanza. American Psycho es una crítica feroz al capitalismo y la cultura del exceso, narrada con bisturí y mucha sangre. Su protagonista, tan pulcro como psicótico, transforma cada asesinato en una obra de diseño clínico, donde la sangre salpica trajes caros al ritmo de una inolvidable banda sonora. Una elección perfecta para quienes prefieren su terror con traje, tarjeta de visita, un toque de ironía y por supuesto, mucha sangre.