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"El cambio llega, pero no tan rápido com nos gustaría"

Residencia WomanInFan- Day García

Lectura de 7 min.

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Day García es una cineasta y guionista cubana conocida por su exploración de la cultura cubana, el género y las cuestiones sociales.

Tras estudiar en el Nacional de Arte de La Habana, en Cuba, ha obtenido importante reconocimiento por su estilo narrativo vivo y único. Las obras de García examinan a menudo identidades cubanas personales y colectivas, lo que le ha valido premios y proyecciones en festivales internacionales como el Festival Latino de Marbella. Su enfoque pone en relieve las experiencias de las mujeres y las comunidades marginadas, ampliando los límites del cine internacional contemporáneo.

 

Day, eres directora, guionista y productora, pero empezaste tu trayectoria en el teatro persiguiendo una carrera como actriz. ¿En qué momento tomaste la decisión de pasar de estar en frente de las cámaras a estar detrás de ellas? ¿Sientes que hay una gran diferencia entre estos roles y cómo te han impactado en tu trayectoria?

Estar detrás de las cámaras surgió ante la escasez de oportunidades para actuar, lo que me llevó a escribir mis propios proyectos con la idea de protagonizarlos. Con el tiempo, esa escritura derivó en querer dirigirlos, pero al asumir tantas responsabilidades, se volvió evidente que no podía abarcarlo todo. Así que decidí ceder el espacio frente a la cámara a otras actrices y enfocarme en crear oportunidades tanto para mí misma como para otras personas desde otro lugar.

Fue un proceso impulsado por la necesidad de ser yo quien apostara por mí y de explorar hasta dónde podía llegar para conseguir lo que realmente quería. No tardé mucho en darme cuenta de que mi lugar estaba detrás de las cámaras, no delante de ellas. Aunque siempre me ha encantado actuar y el teatro ha sido una parte fundamental de mi vida desde los 14 años, nunca me sentí del todo cómoda con la exposición que implica estar frente al público.

Detrás de las cámaras, siento que puedo seguir expresándome y mostrando quién soy, pero con la protección que ofrece la cámara y todo el engranaje que la acompaña. En este sentido, siento una profunda admiración por las actrices y actores, quienes, desde mi punto de vista, son los profesionales más valientes del sector. Quizá por eso, en cualquier proyecto, considero que el trabajo actoral y la dirección de actores son elementos clave. Es un área con la que conecto de manera especial y que considero una de las más enriquecedoras y esenciales de todo el proceso creativo.

 

Eres la séptima mujer en la historia del cine cubano que ha dirigido y escrito un largometraje, un hito histórico. Lucas como Sara, tu ópera prima que se estrenó en 2018, es un trabajo que ya puede verse con perspectiva y lejanía seis años después. ¿Qué relación tienes con tus obras pasadas? ¿Las revisitas? ¿Notas mucho cambio en cómo percibes ahora y cómo percibías antes las problemáticas y las diferentes realidades?

Mi primera película fue un gran aprendizaje. Lanzarme a escribirla, dirigirla y también producirla es algo que, en retrospectiva, no recomendaría a nadie. O, por lo menos, te diría: no uses 20 localizaciones, 15 personajes, más de 80 extras y, además, intentes filmarlo en 21 días. Depende de cómo se mire: en aquel momento éramos lo suficientemente ilusos como para aventurarnos a hacer una película de manera independiente. Hoy en día, no lo haría de la misma forma, y quizás por eso me estoy tomando más tiempo para sacar la siguiente.

En aquel entonces, descartábamos por completo la opción de no hacer una película, pero esa experiencia, junto con los años, me ha enseñado a tener muchísima más paciencia. Creo que, al f inal, todos compartimos esa insatisfacción y la sensación de que siempre podríamos haber hecho algo mejor. Estoy casi segura de que incluso los grandes directores y directoras del cine, cuando miran en retrospectiva, tienen por lo menos una docena de cosas que les habría gustado cambiar en sus películas. Es algo inherente al proceso creativo: siempre queda esa pequeña espina de "podría haberlo perfeccionado”.

Definitivamente, cuando miro atrás, me doy cuenta de cuánto ha cambiado mi perspectiva, no solo en la manera de afrontar un proyecto, sino también en las historias que quiero contar. En mi caso, siento que con el paso del tiempo se ha activado una especie de "glándula creativa" enfocada en historias de mujeres. Hace años, cuando pensaba en una idea, 9 de cada 10 veces el protagonista era un hombre o la historia giraba en torno a personajes masculinos. Sin embargo, ahora es completamente al revés: mi mente automáticamente piensa en mujeres, en cómo convertir una historia en un relato sobre ellas. Por lo general, parto de un high concept y, a partir de ahí, voy construyendo los personajes. Esta evolución me resulta enriquecedora porque siento que refleja un cambio profundo en cómo percibo y quiero aportar al mundo del cine.

 

Entendemos que ser una de las primeras mujeres en la historia del cine en lograr algo debe tener un sabor agridulce por no solo sentirte reconocida, sino por ver evidenciada una problemática obvia. ¿Cómo se enfrenta una a esta dicotomía? y, ¿cómo auguras el futuro de las próximas directoras cubanas? ¿Eres optimista?

Es cierto que ser una de las primeras mujeres en alcanzar algo en el cine cubano puede ser agridulce. Por un lado, siento orgullo por lo conseguido, pero por otro, es imposible no pensar en cuántas mujeres talentosas pudieron haber llegado antes si hubieran tenido las mismas oportunidades. Esa dicotomía, en mi caso, la afronto con responsabilidad: siento que lo importante es abrir más puertas para que las que vengan detrás encuentren un camino más accesible.

En cuanto al futuro, quiero ser optimista. Creo que las generaciones jóvenes están empujando con fuerza y que, aunque queda mucho por hacer, el cambio ya está en marcha. Lo vemos no solo en Cuba, sino en el panorama global, con más voces femeninas en la dirección y más historias que giran en torno a las mujeres. Sin embargo, también soy consciente de las barreras estructurales que todavía existen, desde el acceso a la financiación hasta los prejuicios sobre las mujeres en roles de liderazgo. Pero veo a tantas jóvenes talentosas y decididas que no puedo evitar creer que el cambio es posible, aunque no llegue tan rápido como nos gustaría.

 

En relación a este mismo contexto, sabemos que en 2012 fundaste la Productora Audiovisual Live The Reel, con sede en Palma de Mallorca ¿qué nos puedes contar de tu parte como productora? ¿A qué nuevos retos te enfrentas desde esta posición?

Live The Reel nació como una productora de servicios audiovisuales para facilitar proyectos en un lugar tan especial como Palma de Mallorca. Nos encargamos de todo lo necesario para que las producciones puedan rodar sin contratiempos: localizaciones, permisos, logística, coordinación de equipos y cualquier detalle técnico o práctico que requiera el proyecto. Nuestro objetivo principal es ser ese puente que conecta las necesidades de los clientes con los recursos locales de manera eficiente.

En cuanto a los retos, el más grande es la coordinación en producciones internacionales. Muchas veces trabajamos con equipos que tienen altas expectativas y calendarios muy ajustados, lo que exige que todo funcione con precisión milimétrica. Otro desafío importante es estar al día con las necesidades de la industria. Las producciones están evolucionando constantemente, y eso implica adaptarnos a tecnologías más avanzadas, formatos de trabajo distintos y, a veces, requerimientos muy específicos de cada cliente. Es precisamente esa dinámica la que convierte este trabajo en un desafío apasionante: encontrar soluciones para que cada producción pueda desarrollarse de la mejor manera posible.

 

También queríamos felicitarte por haber sido seleccionada para esta edición de la Residencia WomanInFan. ¿Qué podemos esperarnos en el futuro de Day García? ¿Qué viene después?

Haber sido seleccionada en las residencias de WomanInFan con mi proyecto de largometraje LA PAUSA ha sido, hasta ahora, la experiencia más transformadora de mi carrera. Fue como si alguien me hubiera dado un pase VIP al backstage del mundo del cine. Nunca antes había tenido la oportunidad de vivir el universo festivalero tan de cerca, con esa combinación perfecta de cercanía, cuidado y puro entusiasmo por los proyectos que llevábamos mis compañeras y yo.

Desde las masterclass, hasta las mentorías personalizadas que parecían hechas a medida para sacar lo mejor de cada uno de nosotras, pasando por los contactos que jamás habría podido conseguir en ningún otro contexto. Fue como entrar en un universo paralelo donde todo lo que parecía imposible, de repente, estaba al alcance de la mano. Regresas a casa con el tanque lleno de gasolina creativa, con ideas nuevas que explotan en tu cabeza y con una energía que te hace sentir imparable. Es que es algo que hay que vivir para entenderlo.

En el futuro, espero hacer una película… o quizás las tres que ya tengo en desarrollo. Todo depende de muchos factores, sobre todo de las productoras, pero quién sabe, a lo mejor salen una tras otra. Mi gran ilusión sería que alguna de ellas se estrenara en Sitges. Es un lugar tan especial que tener un estreno allí sería el mayor de los logros.

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