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Woman In Fan

Entrevista con Faith Elizabeth

Lectura de 11 min.

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Desde las alfombras rojas de Cannes hasta los escenarios costeros de Sitges, Faith Elizabeth (Sussex, Reino Unido) ha construido de manera constante una carrera definida por la empatía, la versatilidad y el propósito. Actriz, directora, productora y fundadora de la iniciativa Yes She Cannes, se ha convertido en una de las voces más dinámicas en la defensa de la representación femenina y la colaboración creativa dentro de la industria cinematográfica internacional.

En Sitges 2025, Faith participó en el panel MaestrAs —un espacio dedicado a las mujeres que están dando forma al lenguaje del cine fantástico—, donde compartió reflexiones sobre el liderazgo, la identidad creativa y la importancia de contar historias que trascienden fronteras. Su trayectoria conecta interpretación y producción, negocio y arte, demostrando que no solo pueden coexistir, sino prosperar juntas.

Participaste como panelista en la sección MaestrAs de Sitges. ¿Qué temas o conversaciones clave querías llevar a ese escenario?

En primer lugar, quiero decir moltes gràcies a Sitges y a WomanInFan por la amable invitación: fue mi primer Sitges y tuve una experiencia maravillosa conociendo a vuestra comunidad cinematográfica y viendo de primera mano a qué se debe todo el revuelo en torno a uno de los festivales de terror más influyentes del mundo. Fue un gran honor compartir el panel Maestras junto a los iconos del terror Nancy Loomis y Barbara Crampton. Conocer a mujeres cuyas carreras ayudaron a dar forma al género —especialmente para las mujeres— fue fascinante, al igual que escuchar cómo su creatividad ha evolucionado con los años.

También fue muy especial conocer a Barbara a nivel personal a través de la comunidad de WhatsApp de WomanInFan. Quedamos varias veces durante el festival y descubrí no solo su pasión por representar a las mujeres mayores de nuevas formas, sino también la increíble persona que es fuera de su carrera. Fue realmente inspirador, sobre todo en una industria que a menudo ha impuesto “fechas de caducidad” a las carreras de las mujeres.

Cuando me invitaron a unirme al panel, me interesaba especialmente compartir ideas sobre cómo podemos trabajar juntas para aumentar la presencia de mujeres en el cine —tanto delante como detrás de la cámara— y al mismo tiempo animar al público a reconocer el poder que tiene para generar cambios. A menudo, la audiencia no se da cuenta del impacto que puede tener simplemente eligiendo qué películas apoya: ya sea a través de financiación, compartiéndolas, reseñándolas o viéndolas. Vota con tus pasos y apoya en voz alta.

¿En qué se diferencia participar en espacios de festivales (como Sitges) de tu trabajo diario? ¿Qué aprendes o qué te llevas de ellos a tus propios roles creativos y organizativos?

En el día a día compagino ser madre soltera, cuidar de mi perro y gestionar eventos o producir proyectos. Aunque adoro mi vida cotidiana, también me encanta desaparecer por un tiempo del “mundo real” e introducirme en los maravillosos mundos que crean los festivales. Cada uno tiene su propia energía y su propia comunidad.

Conocer a personas de todo el mundo, escuchar sus historias sobre cómo crearon sus películas, los desafíos que han superado y ver el trabajo en el que han volcado su corazón, resulta increíblemente inspirador. Al final, el cine es contar historias: no solo la que vemos en la pantalla, sino también la historia de cómo llegó a existir. Cuantas más historias escuchamos, más entendemos sobre la humanidad.

Los festivales me recuerdan que hay que liderar desde la curiosidad y la empatía. Siempre vuelvo a casa con una renovada sensación de la magia del cine, una familia cinematográfica más grande y un recordatorio más profundo de por qué contar historias es tan importante, tanto en pantalla como detrás de ella. En Sitges surgió una conexión muy especial con la productora neozelandesa Belindalee Hope, que se convirtió rápidamente en mi compañera de festival: compartimos innumerables conversaciones de corazón sobre la vida, el amor y el cine, entre poke bowls y brindis… y cuando regresé a casa por fin pude ver su magnífica y descarada serie de Netflix Madam. Para mí, esa es la magia duradera de los festivales: crear vínculos, descubrir nuevas obras y ampliar la familia del cine.

Como fundadora y CEO de Yes She Cannes, tu misión es apoyar a las mujeres que asisten a grandes festivales. ¿Cómo ha evolucionado este papel desde su creación y qué es lo que más te ha sorprendido al construir esta comunidad?

Comenzó como una idea muy simple: visibilizar a las mujeres que asistían a Cannes para que otras se sintieran inspiradas, y crear una comunidad que las impulsara a tener éxito. Ese objetivo sigue siendo el mismo, pero con el tiempo hemos descubierto muchas más formas en las que las mujeres necesitan apoyo. Hemos ampliado nuestro trabajo para incluir talleres, una guía práctica de “cómo hacerlo”, opciones de alojamiento compartido y alianzas con equipos oficiales de festivales, lo que les da a las mujeres una voz más fuerte dentro de los propios festivales. También estamos empezando a expandir nuestro alcance para apoyar a mujeres en otros festivales alrededor del mundo, manteniendo ese mismo espíritu de visibilidad, conexión y empoderamiento allí donde se necesite.

Lo que sigue sorprendiéndome es la fuerza que surge al formar parte de una comunidad basada en valores compartidos. Sin el cuidado genuino, la implicación y el apoyo mutuo entre estas mujeres, Yes She Cannes no tendría el mismo impacto. Ellas son la razón por la que el movimiento es tan poderoso… y por la que sigue creciendo año tras año.

Festivales como Cannes reúnen redes internacionales. ¿De qué manera se traducen esos instantes de visibilidad en cambios reales y oportunidades a largo plazo para las mujeres en el sector cinematográfico?

El networking, en esencia, trata de relaciones. No debería consistir en intentar conseguir algo de alguien, sino en construir conexiones genuinas con personas cuyos valores estén alineados con los tuyos. Así es como se crean relaciones auténticas y duraderas.

También fomentamos la claridad de objetivos: no solo la gran visión a largo plazo, sino también los pasos pequeños y concretos. Saber qué necesitas en este momento te ayuda a decidir a qué charlas y eventos asistir, a quién pedir reuniones y cómo aprovechar mejor tu tiempo. Cuando tienes claro lo que puedes aportar y cómo puedes ayudar a otras personas, generas de forma natural resultados significativos y duraderos, de esos que continúan mucho más allá del festival.

¿Cómo equilibras tus propias ambiciones creativas con las responsabilidades organizativas que asumes?

Tengo que ser sincera: es difícil equilibrar mis propias metas profesionales con la construcción de la comunidad. Muchos de mis proyectos personales se quedan en pausa, especialmente en torno a Cannes, debido a la enorme carga de trabajo. Sin embargo, las relaciones que he construido a través de Yes She Cannes han sido también invaluables para apoyar mi propia carrera.

Conocí, por ejemplo, a Mònica Garcia cuando participó en mi panel Women in Genre junto al Marché du Film en Cannes a principios de este año; una conexión que más tarde condujo a mi invitación a Sitges. La evolución de esa relación, y que acabara llevándome a Sitges, fue especialmente significativa, no solo para Yes She Cannes, sino también porque actualmente estoy desarrollando mi fantasía de terror con sirenas Asrai. Estar allí, conocer a otros cineastas y descubrir obras inspiradoras como la visceral fantasía de terror Jacques the Giant Slayer, dirigida por Aaron Moorhead y Justin Benson, resultó enormemente enriquecedor en lo creativo.

En un esfuerzo por encontrar un mejor equilibrio a medida que Yes She Cannes sigue creciendo, ahora me estoy enfocando en formar un equipo con personas en prácticas y apoyo adicional. Durante muchos años fue un proyecto autofinanciado y gestionado únicamente por mí, pero con una mayor visibilidad y reconocimiento ahora podemos atraer más patrocinio y membresías. Eso no solo me ayuda a crear un equilibrio más saludable, sino que también nos permite ofrecer mucho más a nuestra comunidad.

Aunque no siempre consigo ese equilibrio perfecto, me he dado cuenta de que cuanto más doy a la comunidad de Yes She Cannes, más recibo de vuelta. Ayudar a otras mujeres a crecer se ha convertido en parte de mi camino creativo… y de mi propósito. Los pequeños sacrificios de hoy son semillas para el mañana, y es poderoso verlas florecer, no solo en mi propio camino, sino en las mujeres y las historias que están dando forma a nuestra industria.

Dirigir Yes She Cannes debe requerir mucha energía emocional. ¿Cómo recargas ese manantial creativo como cineasta?

Tengo TDAH, así que esto es algo especialmente desafiante para mí, sobre todo cuando entro en estados de hiperfoco durante periodos de mucho trabajo. Con el tiempo, he aprendido a reconocer cuándo necesito parar, descansar y recargar.

Este año en Cannes estaba gestionando el programa más grande que hemos realizado hasta ahora, y realmente tuve que centrarme en encontrar ese equilibrio. Como también asisto a Cannes como cineasta con mis propios objetivos creativos, hay momentos en los que tengo que dar un paso atrás y replantearme qué es lo mejor para el conjunto. De hecho, me perdí un brillante panel que organizó mi amiga Amy Baker (de Winston Baker) junto al director Ari Aster. Me sentía abrumada y necesitaba reiniciar antes de organizar un gran evento comunitario más tarde ese mismo día.

También tengo la suerte de contar con amistades increíbles que me devuelven energía y me recuerdan que debo cuidarme. Un agradecimiento especial a las cineastas Aida Golghazi, Lona Fontaine y Alida Pantone, y a mi mejor amiga en casa, Elena Davidson, que siempre está al otro lado del teléfono cuando la necesito (sobre todo cuando necesito un buen llanto). Estas son las mujeres que me sostienen y hacen posible que siga haciendo lo que hago.

Ese apoyo me recuerda que dar un paso atrás también cumple un propósito mayor. Saber qué dejar ir, y cuándo hacerlo, es clave para mantener el equilibrio emocional y una trayectoria creativa duradera.

Has construido una carrera en roles muy distintos —actriz, directora, gestora de eventos—. ¿Hay alguno que sientas más “tuyo”, o todos forman parte de una misma voz?

Lo veo de la misma manera que muchos músicos que tocan varios instrumentos o artistas que trabajan con distintos medios: cada rol satisface una parte distinta de mí. Me encanta apoyar las historias de otras personas a través de la Producción, pero la Dirección es lo que se siente más libre y emocionante creativamente, porque me permite construir mundos enteros y dar vida a las historias que quiero ver.

Recientemente di mi primer paso en el terror más allá de la actuación, como guionista, directora y productora, con Granny DJ, un cortometraje de terror-comedia que se estrenará en enero de 2026 (fecha por anunciar). Fue un proyecto divertido, caótico y desafiante que me recordó lo importante que es enfrentarse a lo difícil y luchar por lo que es justo, incluso cuando duele. Sin embargo, la actuación es donde nació mi amor por contar historias: es donde puedo jugar, explorar y ser vulnerable. Me encanta ver cómo mis interpretaciones afectan al público, hacerles reír o llorar, ayudarles a sentir algo real. Mis papeles favoritos revelan algo sobre nuestra humanidad compartida, y espero que la gente salga sintiéndose transformada, aunque sea de una forma pequeña.

También tuve el placer de conocer en Sitges a las actrices gemelas Melissa y Michelle Macedo, quienes protagonizaron y fueron productoras ejecutivas del largometraje Thinestra, proyectado en el festival. Asistieron junto a su director Nathan Hertz y la productora Alexandra Lubenova, y la premisa de la película captó mi atención de inmediato. Fue inspirador ver a mujeres como las hermanas Macedo tomar el control creativo de su trabajo, liderando poderosas interpretaciones en pantalla mientras construyen sus propias oportunidades detrás de la cámara.

Mencionaste tu próximo proyecto, Asrai, que ya está en marcha. Sin revelar demasiado, ¿qué te atrajo de este proyecto y por qué ahora?

En esencia, Asrai explora la pérdida, el duelo y el dolor del abandono. Varias figuras maternas de la historia se marchan o mueren, lo que refleja mis propias experiencias de pérdida tras el fallecimiento de mi madre, así como mis luchas con el rechazo y la hipersensibilidad emocional que a menudo acompaña al TDAH. Ha sido un viaje profundamente personal, que me ha permitido transformar esos sentimientos en algo creativo y significativo, dentro de un mundo de fantasía con sirenas, inquietante y misterioso.

Desde conocer al actor Giovanni Funiati en Cannes este año (y ver el estreno de su película en la alfombra roja del Grand Lumière) hasta entablar relaciones con el equipo con el que ya he colaborado en otras producciones, cada encuentro ha ayudado a dar forma al alma de lo que será esta película. Ahora estamos en una fase en la que estamos listos para buscar financiación. Conseguir fondos es un reto para cualquiera, pero especialmente si eres mujer y directora debutante de un largometraje. Tras explorar varias opciones, decidí mantener el presupuesto deliberadamente bajo y adoptar un enfoque gradual de creación de audiencia mediante crowdfunding por etapas. Esto nos permite recaudar fondos mientras construimos una comunidad alrededor de la película —de modo que, cuando esté terminada, ya haya personas que crean en ella y se sientan conectadas emocionalmente con su recorrido.

El cine de género está evolucionando rápidamente. Cuando abordas un nuevo proyecto hoy, ¿qué elementos del género te entusiasman más y qué te gustaría ver cambiar?

Me entusiasma ver el auge de más cineastas mujeres contando historias de mujeres y creando personajes femeninos complejos y potentes en pantalla. Películas como The Substance son ejemplos increíbles de cómo las mujeres están redefiniendo el género desde su propia mirada. Es valiente, sin disculpas y una prueba de que el público tiene hambre de narrativas femeninas más crudas y complejas. Me encanta lo global que se ha vuelto la narración: estamos expuestos a más voces y perspectivas que nunca. Me atraen especialmente las reinterpretaciones creativas de los arquetipos clásicos, como Sinners, que ofrece una mirada renovada sobre los vampiros.

También me inspiran mucho cineastas como Heidi Honeycutt y Elle Schneider, que actualmente están buscando financiación para su serie Mother of All Evil, que explora los orígenes del terror a través de las mujeres que ayudaron a darle forma. Y, por supuesto, me emociona ver cómo el terror con sirenas está cobrando una nueva energía en el cine. No es algo nuevo, pero siento que está ganando impulso de una manera más grande y audaz.

Por último, si pudieras elegir un consejo que te hubiera gustado que alguien te diera al comienzo de tu camino como cineasta, ¿cuál sería y por qué?

Creo que una de las cosas más importantes en esta industria es construir habilidades y una fuente de ingresos sostenible que puedas mantener junto a tu trabajo cinematográfico. La realidad es que esta industria puede ser impredecible: hay períodos sin proyectos, pagos irregulares y mucha incertidumbre. Desarrollar habilidades flexibles que complementen tu trabajo en cine te da la libertad de seguir creando y construir una carrera sostenible a largo plazo. Yo he trabajado en marketing, promociones y gestión de redes sociales junto a mi trabajo en el cine, y esas habilidades han sido invaluables, no solo como fuente de ingresos adicional, sino también como herramientas transferibles que apoyan mi carrera y Yes She Cannes. También he conocido a personas increíbles que llegaron al cine desde otros caminos de vida, aportando cada una algo personal, honesto y profundamente humano a las historias que contamos.

Así que mi último consejo sería: conoce gente, viaja, vive y experimenta cosas. No son distracciones: son la manera en que encuentras tu voz como cineasta. Porque cada desamor, cada desvío, cada encuentro inesperado puede convertirse en parte de la historia que estabas destinada a contar.

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